Descripción
Se destaca por su color cobrizo y como la primera cerveza elaborada por los monjes de Chimay en 1862. Rematado con una espuma cremosa, desprende un ligero aroma afrutado de albaricoque producido por la fermentación. El sabor que se percibe en boca es un equilibrio que confirma los matices afrutados que se notan en la fragancia. Su sabor, que confiere una sensación sedosa a la lengua, se vuelve refrescante con un ligero toque amargo. Al paladar, el catador percibe una agradable astringencia que complementa de manera muy armoniosa las cualidades gustativas de esta cerveza. Esta cerveza trapense de alta fermentación, re fermentada en botella, no está pasteurizada.
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